lunes, 23 de mayo de 2022

Entrevista inesperada 2.0

    Hoy es feriado por el día de la escarapela. Otro de los tantos que tiene Mayo. Siesta de pileta para mi. La saqué en cuota en noviembre y recién vinieron a instalarla la semana pasada. Un gasto de esta magnitud merece ser disfrutado desde el primer día, con muchas selfies de por medio para las almas venenosas que deambulan en las redes sociales. Almas en pena que no hacen otra cosa que destilar envidia con comentarios como; “¿no te hace frio?”. ¡Dios mío!, Se les nota mucho el complejos de inferioridad.  

    Floto en la cámara de auto y bebo un vaso de Secco pomelo, que agarro con el dedo chico levantado. Inoportunamente el timbre suena e interrumpe mi momento de relax. El mayordomo no atiende la puerta porque no tengo por el momento, asique debo hacerlo yo. Me envuelvo en el deshabillé y voy a la puerta.

    Era una jovencita con rasgos norteños. Traía en una mano una carpeta con planillas y en la otra un lápiz. Al hombro una mochila con más instrumentos de registro (aparentemente). Vino sola, sin iluminador, ni fotógrafos, ni productores. 

 
    - Buenas tardes, vengo por... -
    - Si ya sé. No me digas nada. Pasá. -

    Interrumpí rápidamente con tono de celebridad, silenciando su boca con mi dedo índice, para luego dar media vuelta y dirigirme al interior de mi morada caminando con la cola parada. 

    Nos sentamos en la mesa de la cocina. En realidad en las sillas. Ella parecía ansiosa, nerviosa. Advertí que era inexperta porque torpemente, sin preámbulos preguntó:

    - ¿Es usted jefe de hogar? -

    - Mirá, no estoy acostumbrado a estas cosas. Nunca di entrevistas a ningún medio y tampoco soy de hablar mucho de mi vida privada con extraños.

    - ¿Quiere que pasemos a la siguiente pregunta o que venga en otro momento?

    - Vivo con la Mami, compartimos su jubilación.- Dije apresurado y con frialdad. 

    Al principio costó abrirme a sus preguntas. Ella por su parte parecía inhibida. La entendí porque suelo generar eso en la gente. Soy escritor y se me nota.

    Para romper el hielo le hice una propuesta condicionada: - Si no tenés piojos, te invito a meterte a la pileta. Te presto un short o podes meterte en bombacha.- No quiso, en su lugar me aceptó un yerbiado. 

    Luego de la infusión el dialogo comenzó a fluir. Recién ahí Ella mostró que se había preparado para este momento. En cuestión de segundos logró distenderme creando el clima propicio para desnudar mi intimidad. 

    Hablamos de todo; de mi familia, de mis bienes y de mi oficio de artista fundamentalmente. 

    Comencé a contarle que soy escritor desde las épocas de los metrolflog. Esa fue mi época dorada. Fui muy exitoso hasta que los hijos de mil puta de los lectores dejaron de leer y se pasaron a youtube, y hoy tiktok. Perdón la palabra, diría esa señora que enfrentó a personas ebrias (ver enlace)

    Desde entonces decidí desaparecer de los medios digitales, dejando a cientos de miles de fans a la deriva literaria y en manos del formato multimedia. 

    Le confesé que caí en una profunda depresión y hasta pensé en suicidarme metiéndome en la pileta después de comer sin hacer la digestión, para ser recordado como Alfosina Storni de La Rioja. No valía la pena. Prefería no ser recordado, que perder la vida de esa manera tan cruel.    

    Ella pareció impresionada. Vio mi estilo, pasión en el estado más puro. Dio vuelta la hoja y siguió con otras preguntas que había traído. 

    Comenzó a indagar sobre mi barrio, el lugar donde nací, crecí y todavía vivo porque no me independicé. Esos lugares que forman parte de la musa inspiradora de mis textos, lugares donde amé la vida y no pago impuestos. 

    Como si hubiese mirado en el interior de mi alma, hizo una pregunta que sacudió mis entrañas. Una bandada de chuschines salieron volando de la mora del patio y el silencio se apoderó de la tarde. Todo comenzó a transcurrir en cámara lenta, como el movimiento de la cámara que naufragaba en la pileta sin mi. 

    Me quedé sin palabras. Jugaba con las miguitas del pan francés que minutos antes había sopado en el yerbiado y después en azúcar. Adicción que tengo terminantemente prohibido porque me van a salir bichos en la panza. No sabía como responder. Decidí decirle la verdad:

    - No, no pagamos la luz. Estamos colgados.- 

    Después de esa pregunta hice un voto de silencio. No quise responder mas. Pasaron diez minutos. Sin saber qué hacer, la periodista miró su reloj y dijo:

    - Creo que he debería irme.
    - ¿No va a tomar fotografías?.-
    - No hace falta.

    El clima ya era otro, hostil diría. A pesar de eso, agradecí que entienda la importancia de resguardar mi anonimato. Seguramente también era una de aquellas fans que admiraba el personaje que había creado en mi pasado literario. 

    Acomodó sus cosas y se preparo para marcharse. Antes de irse le pedí que lavara la taza porque no tenía sirvienta.

    Dejo registro de su entrevista y se marchó. No sin antes pegar en la puerta de mi casa una calco que decía "Vivienda Censada" INDEC. Al parecer es una editorial internacional. Si alguien tiene idea donde venden la revista o donde saldrá la nota, les pido que me avisen. Muchas gracias. 


El Escribidor 

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