lunes, 8 de agosto de 2016

Sabiduría de un Alma Pura

    Mi Hija se llama María Concepción y tiene tres años. Su mente es pura, no tiene respuestas pre-establecidas, ni condicionamientos, ni prejuicios. Lo que ella dice es fruto de su mas bello razonamiento. Mi Hija es un ser sabio. Un día le pregunté; 

    - ¿Por qué hay niños pobres? ¿Dónde están los padres de los niños que andan solos en la calle?

    Ella me respondió: 

    - Son pobres porque no tienen padres, se murieron. 

    ¡¿Cómo podría una persona abandonar un niño?!. En la mente y en el corazón de María eso es algo inconcebible e incomprensible. Solo podría suceder cuando esas personas se ven imposibilitada por factores involuntarios e inevitable como la muerte. 
    
Fragmento de la conversación:

El madrugador de siestas

     Qué vida ingrata la del obrero que en las siestas de febrero, debe escapar de su pieza que parece un horno. Con sus sueños a cuesta, sa...