Mi Hija se llama María Concepción y tiene tres años. Su mente es pura, no tiene respuestas pre-establecidas, ni condicionamientos, ni prejuicios. Lo que ella dice es fruto de su mas bello razonamiento. Mi Hija es un ser sabio. Un día le pregunté;
- ¿Por qué hay niños pobres? ¿Dónde están los padres de los niños que andan solos en la calle?
Ella me respondió:
- Son pobres porque no tienen padres, se murieron.
¡¿Cómo podría una persona abandonar un niño?!. En la mente y en el corazón de María eso es algo inconcebible e incomprensible. Solo podría suceder cuando esas personas se ven imposibilitada por factores involuntarios e inevitable como la muerte.
Fragmento de la conversación:
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