jueves, 24 de diciembre de 2015

Navidad

Es 24 de Diciembre. Ya son las once de la noche y Él recién vuelve del trabajo. Entra a paso lento, la transpiración ya se ha secado. Con una caja bajo el brazo, ingresa en silencio a su humilde casa. 
Su señora, Mari, una flaca de piernas finas, pechos exuberantes, no ha sido mezquina con los colores de su maquillaje. Es para ella una noche especial. Luce un vestido rojo y unas sandalias usadas que le regaló su patrona. Con un broche se acomoda su cabello marrón, intentando tapar las raíces de meses sin teñirse.

El madrugador de siestas

     Qué vida ingrata la del obrero que en las siestas de febrero, debe escapar de su pieza que parece un horno. Con sus sueños a cuesta, sa...