martes, 29 de enero de 2013

Una vez fuí niño

Cuando se fue tenía 4 años. Creo que hasta ese entonces fui un niño normal, o mejor dicho; hasta esa noche fui niño. 
Ya pasaron casi dos años que no la veo. Recuerdo todo como si hubiese pasado ayer...


Caminamos rápido. Voy casi colgado de su mano y corro cuando no alcanzo su paso. Presiento que algo va a pasar. Mientras tanto hago silencio y me limito a caminar a la par.

Nos acompaña un pariente lejano. Mis pensamientos fantasiosos no me dejan escuchar su diálogo. 

Llegamos a la estación de servicio del pueblo. Me compraron una bolsa de caramelos y ella me dijo:

_ Portate bien, no hagas renegar y comé toda la comida.

Me quedé perplejo. Creí haber comprendido lo que estaba por suceder. 

_ ¿Donde vamos? - Pregunté en tono triste y casi con ironía.

Veía que su cara no era la de siempre. Su mirada casi desorbitada, estaba fija en la nada.

_ Donde vamos? - Repliqué.

_ A ningún lado - Respondió.


Había otras personas esperando. Era de noche y hacía frío.
De repente llegó un omnibus. Puso balizas, frenó. No sé de qué escapaba. No entendía qué necesidad podía llevarla a abandonarme.  

Ella se agachó, me abrazó, me besó y se despidió llorando.

_ No!, no te vayas mamina...No te vayas por favor. Prometo decirte mamá, prometo ser bueno. No te vayas!.

Esa noche un monstruo de metal engulló su figurar y se la llevo.

Nunca más he vuelto a llorar como aquella vez. El pecho se me cerraba y casi no podía respirar. Las lagrimas, los mocos y la saliva dulce, erosionaron mi alma de niño para siempre.



El Escribidor

El madrugador de siestas

     Qué vida ingrata la del obrero que en las siestas de febrero, debe escapar de su pieza que parece un horno. Con sus sueños a cuesta, sa...